lunes, 19 de febrero de 2018

Internamente


Todos somos múltiples, la esquizofrenia no es necesariamente grave.

Yo soy varias personas, seguramente decenas. Cientos a lo largo de mi vida pero algunos se han ido perdiendo, han sido absorbidos por otros, ocultados, han perdido fuerza. Miles me quedan por ser, cada experiencia que me queda por vivir hará que me descubra, que encuentre nuevas cosas en mí.

Se trata de estar en paz con todos mis yo, de ser capaz de calmarlos, hacerlos compatibles, desechar aquellos que generen conflicto, aprovechar de cada uno, ser inteligente hasta cuando estoy en mi yo menos lucido.

Cuando varias personalidades entran en conflicto, cuando no existe una dominante y te generan contradicciones, cuando no sabes quién eres, no te conoces a ti mismo o en qué momento te encuentras, ahí es cuando tienes problemas.

Saber domar tu parte conflictiva o rebelde, tu lobo estepario si eres Harry Haller, que esa parte dominante que existe en todos no se manifieste de manera peligrosa para uno mismo o los que le rodean, que nada de lo que exista dentro desequilibre los pensamientos.

En cuanto a mí, soy el moralista, el soñador, el poeta sensible, soy el amante y mi verdugo, el caprichoso egocéntrico, el león que duerme, una mariposa libre que aparece en compañía, una encina con enormes raíces que aparece en soledad y esto es absurdo porque todos somos todo y nada a la vez y depende de tantas circunstancias.

Con cada persona me muestro como creo que me va a aceptar y sé que cada persona hace lo mismo porque somos sociales y esto se escapa a nuestro control. Mas unido me voy a sentir con quien puedo expresar mas caras, con quien puedo ser más libre para ser quien no soy, quien no sé si soy, quien seré, con quien más me conozco.

Constantemente nos deconstruimos y volvemos a construir, reordenando nuestras piezas, nuestras prioridades, lo que mostramos.